Me remonto a junio de 2015, año en el que decidí matricularme en el doble grado de Derecho y Administración y Dirección de Empresas; en septiembre de este mismo año, comenzaba mi trayectoria en la Universidad de Burgos. En aquel momento, mi cabeza estaba llena de dudas acerca de si había elegido los estudios correctos y de si aquel comienzo, iba a desembocar en el trabajo al que dedicarme toda mi vida, supongo que las dudas que tiene cualquier adolescente de 17 años.
Cada vez que un profesor de Derecho me mandaba hacer una presentación y justificar la elección de mis estudios, siempre repetía la misma crónica, que incluso mis compañeros se habían aprendido de memoria. “Yo quería estudiar Arte dramático, pero estudiar Derecho siempre ha rondado por mi cabeza…, desde pequeño tengo un sentimiento de justicia muy arraigado y he sentido una responsabilidad personal de defender a los colectivos más vulnerables, los niños, los inmigrantes…”, es por ello, que durante la carrera universitaria, mis pasos han estado ligados a entidades sociales tales como Cáritas, Asociación Española Conectados Sin Barreras, Cooperación internacional, pudiendo alegar que nunca he tenido dudas acerca de mi vinculación con el mundo social.
Tras terminar los grados universitarios, pensé que mi etapa en la Universidad de Burgos había llegado a su fin y así lo reflejaba emocionado en mi discurso de graduación:
Llega el momento de despedirse, de decir adiós a la facultad y a la vida universitaria, llega el momento de empezar una nueva etapa, mirar e ir hacia delante, pero eso sí, sin olvidar el pasado y todo lo aprendido.
Hemos demostrado que somos guerreros valientes, que no le tememos a nada, que podemos con cada obstáculo que se nos ponga por delante, y simplemente debemos seguir nuestro camino, apostar y agarrar con fuerza las nuevas metas que se nos pongan enfrente, porque las vamos a conseguir, porque somos la generación del cambio y porque no importa las veces que tropecemos siempre volvemos a levantarnos.
Y el camino que yo elegí, sin embargo, siguió de la mano de la Universidad de Burgos, quise darle una oportunidad al ejercicio de la Abogacía, y en septiembre de 2021, me matriculé en el Master, con la gran pretensión de poder llevar a la práctica la teoría aprendida en el grado, sumada a la gran motivación de que las leyes salieran de los códigos y poder ver la realidad procesal y multidisciplinar de este mundo.
Me matriculé en el máster habilitante siendo consciente de que no iba a ser un proceso fácil, puesto que hace años el proceso era muy diferente, terminabas la carrera, te colegiabas, y ya comenzabas a ejercer. Ahora, sin embargo, el camino que debemos seguir los futuros abogados es más complicado; primero, el año teórico del Máster, después prácticas y el Trabajo de fin de Máster y finalmente, el examen de Acceso a la Abogacía.
Sin duda, fue una decisión acertada, durante el primer año pude extrapolar los conocimientos jurídicos adquiridos, al mundo de la abogacía. Me formé en los derechos y deberes deontológicos profesionales relacionados con la profesión del abogado, aprendí a redactar los escritos propios de los distintos ordenes jurisdiccionales e incluso pude verme con toga y como parte en un juicio simulado de violencia de genero.
Pero el mayor acierto de todos vino dado por la decisión del despacho donde realizar las prácticas curriculares. En mayo de 2022 contacté con Gamonal Abogados, tras conocer los currículos de los socios y ver en su página web el espíritu joven y emprendedor que impregnaba dicho despacho. Tras tener una primera entrevista con el equipo, vi en ellos una gran oportunidad de conectar con el mundo jurídico y de aprender de abogados jóvenes, pero con objetivos muy claros y con una forma de trabajar muy profesional.
Nuevamente muchas dudas invadían mi cabeza, si podría compatibilizar las prácticas con mi trabajo, si sería capaz de aportar algo al despacho y si realmente sería competente para dedicarme a esta profesión tan cambiante, como es el ejercicio de la abogacía.
Mis miedos e inquietudes se vieron frenados cuando comencé mi período de prácticas, en el mes de Octubre, puesto que desde la primera semana, me sentí muy a gusto con el equipo que conforma este despacho, pues cada uno de los socios se involucró conmigo y me consideró como uno más en todo momento, permitiéndome acudir a todas y cada una de las actuaciones más allá de las intervenciones en los diversos juicios: conciliaciones, reuniones con clientes, visitas al centro penitenciario, asistencias del turno de oficio, actos en la notaría, gestiones en la junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Burgos, trámites en el Registro de la Propiedad, almuerzos…
Incluso, fueron delegando en mí cierta responsabilidad en el estudio y redacción de escritos para algunos de los casos abiertos del despacho, casos encauzados en distintos ámbitos jurídicos (penal, laboral, familia, sucesiones, civil), brindándome la oportunidad de participar en el proceso y aportar mi visión jurídica, a través de la redacción de papeletas de conciliación, demandas, escritos de acusación y defensa, reclamaciones de cantidad, escritos de impugnación, escritos de satisfacción extraprocesal, inventarios… , actuaciones que siempre fueron guiadas y tutorizadas por los socios del despacho, y que me han permitido hacer un estudio minucioso y exhaustivo del trabajo de fin de máster acerca de La garantía de indemnidad y la protección de los trabajadores, correspondiéndose con un caso real del despacho en cuestión.
Más allá de formarme en los distintos procesos judiciales, me han mostrado la realidad completa del ejercicio de la abogacía, en cuanto a la gestión con los clientes, que sin duda es uno de los aspectos más complejos de la profesión, así como la relación con los compañeros del ejercicio, la gestión de honorarios y presupuestos…
Con todo ello, me siento muy satisfecho con mi decisión de estudiar el Máster de Acceso a la Abogacía y más aún, por elegir un despacho tan profesional como Gamonal Abogados. Sin duda, me ha brindado una perspectiva íntegra del mundo de la abogacía y me ha influido de forma directa, puesto que ahora más que nunca, veo la puerta del ejercicio abierta. Esta consideración, ha sido alentada por lo que he percibido en el despacho, he podido comprobar que existen abogados comprometidos con la sociedad, que buscan un cambio, que son fieles al código deontológico, y lo más importante, fieles a sí mismos y a sus pretensiones personales.
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